Hace unas semanas me entrevistaba Virginia de Diego para el número 1 del fanzine El Estado de las Cosas que edita Sandwich Mixto y La Piscina Editorial. Aquí tenéis el resultado:
Mon Magán (Guadix, 1976) es creativo editorial. Diseña y crea contenidos para todo formato que tenga que ver con lo editorial. Además edita el metafanzine Pez y ahora acaba de sacar su primer documental, “Grapas” sobre la escena editorial independiente. Le entrevistamos acerca de todo esto.
¡Hola Mon! Aunque no nos conocemos en persona llevo siguiendo tu trabajo una buena temporada, cuéntanos un poco como y por qué nació Pez
Pez nace de la necesidad de formato físico y de interacción que tenía después de años publicando sólo en web. Ya hacía años de mi anterior fanzine impreso, El Virus Púrpura, y sentía cierta necesidad de editar en papel. Esos años, 2005-2008, coincidí con el primer éxodo colectivo del papel a internet, aunque no sería hasta después cuando aumentarían los casos. Por eso perdí contacto con fanzineros que editaban en papel, de alguna forma no sentían que fuera lo mismo lo que hacíamos. Y de cierta forma claro que no lo era.
En “Grapas” oímos muchas y muy diversas definiciones de lo que es un “fanzine”. ¿Con cual estás más de acuerdo? ¿Cual es la filosofía de un fanzine?
La definición académica es que se trata de una publicación hecha por aficionados, creo que es clara y sirve para que alguien ajeno al negociado lo entienda. Luego se puede pulir o perfeccionar más, pero creo que esa cumple bien la misión.
La filosofía emana del háztelo tú mismo del movimiento DIY, el no necesitas saber hacerlo para intentarlo del punk y de la carta que escribes a un amigo contándole lo que has descubierto y que te pone.
Hay gente que piensa que los fanzines han desaparecido… ¿se hacían más fanzines antes que ahora?
Todo depende de lo puristas que queramos ser. Si sólo consideramos fanzine al fotocopiado, sin depósito legal, con una edición mínima y de distribución subterránea, quizás deben quedar una decena en todo el planeta. Pero si vamos tildando casillas y admitiendo imprenta, color, distribución… el resultado es mucho mayor. Y ya si abrimos la visión hacia los nuevos formatos, resulta que nunca se ha editado tanto como ahora.
«Va a haber que hacer cosas creativas” ¿Te refieres exclusivamente al formato..?
Yo veo los proyectos editoriales como una unidad. El diseño no sólo debe acompañar al contenido, sino que si está bien hecho, también lo determina (y viceversa). Si dejas espacio para textos más cortos, estás marcando ritmo y extensión en estos. Si se le da más relevancia a la imagen, se deben elaborar instantáneas más bellas, pero también más significativas. Claro que si llevamos esto más allá y adoptamos formatos o soportes más originales indudablemente estamos condicionando el discurso.
“¿Por qué eres imbécil? Contiene fetiches” ¿Qué te dice esta frase?
Se trata del título de uno de los números del imprescindible fanzine/revista literaria El Naufraguito. Creo que es un gran ejemplo de creatividad editorial, de lo que se puede hacer en contenido y en continente. Ceferino Galán lleva años lanzando mensajes en botellas y dando pistas de lo que hay más allá.
En “Grapas” se habla de la calidad del zine versus la necesidad de expresarse; y se crea igualmente una correlacio?n entre la creación individual y la colectiva. ¿Es algo que ha evolucionado? ¿Qué diferencia hay entre el modus operandi de antes –los 80’, los 90’- con el de ahora?
Pues básicamente ahora la gente edita productos más cuidados y de forma grupal, porque entre otras cosas todo el mundo puede tener un blog o un perfil en una red social y escribir de lo que le gusta, enseñar sus fotos y contar que le parece la nueva novia de tal o el disco de cual. Lo que antes sólo se podía hacer desde un zine para una persona normal, hoy hay otras formas más fáciles y baratas de hacerlo por eso lo que se edita en papel se cuida más.
¿Un fanzine necesita lectores para existir? ¿De dónde nace?
Toda publicación tiene su sentido al encontrarse con su lector, pero puede perfectamente existir sin éstos. Algunos fanzines nunca salen del cajón del que los creó o no viajan más allá de un par de amigos lectores. Yo Pienso que esos también son fanzines, como lo son los Ecos de Sociedad que Javier Morales hace: un sólo ejemplar hecho a mano para una sola persona. De alguna forma esa idea romántica de hacer algo para muy pocas personas especiales para ti, creo que está bastante cerca del verdadero origen del fanzine. La revista que haces para tus amigos, donde les hablas de los discos y cómics que te flipan, sin ninguna pretensión más. Luego esos se pueden prestar y mover, comenzando la pequeña bola de nieve.
¿Empezó la distribución casi sin darse cuenta por el trueque de fanzines?
En los ochenta era la única forma de conocer y conseguir material de fuera de tu circulo de acción (tus colegas, el pub al que ibas y alguna tienda enrollada). Te veías con un material que tenías que mover para poder conseguir dinero y seguir sacando el tuyo.
Yo personalmente era más de almacenar todo aquello y sólo me deshacía del material duplicado que a veces te llegaba por diferentes lados. De hecho a mi me han llegado a mandar un ejemplar de un fanzine mío como intercambio entre otro Material. También he llegado a encontrar en Barcelona en una tienda de cómic un fanzine mío a la venta en el fondo del montón de fanzines, años después de editarlo y sin haberlo mandado allí?. Estos ejemplos pueden servir para hacerse una idea del descontrol que existi?a en estos trueques, lo que en parte contribuía a su encanto.
¿El medio es el mensaje? ¿Cambia la esencia del fanzine de estar publicado digitalmente a serlo en papel?
Yo pienso que sí, el medio es el único mensaje, lo demás es solo como éste se posicione frente al mundo.
Mi visión sobre lo digital es muy abierta, yo pienso que si no son los mismo, son muy parecidos. Todo se reduce a si definimos el fenómeno o nos centramos exclusivamente en el formato en el que se vierten los contenidos, por eso creo que la esencia es la misma, cumplen la misma función y cubren las mismas necesidades.
Por otra parte, algunos de los entrevistados hablan de la “tozudez” de la gente que sigue produciendo en papel… ¿melancolía o discurso?
Editar un fanzine, excepto alguna excepción, es un suicidio económico. Y luego está el bajísimo índice de lectura de este país. A veces lo que haces, es porque quieres hacerlo y lo demás te da un poco igual. Por eso el fanzinero es un romántico sin remedio. Luego hay quien busca cierto elitismo cultural. Hay muchos mundos… y todos están en este.
Otra de las afirmaciones dentro de “Grapas” es acerca del contenido a publicar, debería ser algo que no se pudiera publicar de otra forma. ¿Hablamos de underground? ¿Sigue existiendo ese concepto como antes?
En origen es así y de alguna forma ha vuelto a serlo. Hemos tenido unos años de burbuja editorial en este país (que aún está por estallar) donde editar era casi tan fácil como comprar una casa. Probablemente el underground se haya asomado fuera de las alcantarillas, pero no más de dos o tres nombres han saltado al mainstream. Otra cosa es ser más o menos consciente de lo que haces y de a quien le puede interesar. A todos nos gustaría que lo que creamos interesara a todos, pero eso probablemente no vaya a suceder. Por eso el underground, más o menos militante, más o menos consciente, es el pan nuestro de cada día.
¿Por qué «Pez» se llama «Pez»?
Pues simplemente porque me gustaba como sonaba y su grafía. No hay ningún otro motivo, aunque en cada número intento buscar un subtítulo diferente que lo relacione con la edición independiente, pero quizás sea solo un Juego.
Y por último, una autopregunta. Pregúntate y contesta lo que quieras
¿Habrá una segunda parte de Grapas con todo el material que quedó fuera?
Me temo que no, Fran y yo teníamos claro que iba a quedar mucho fuera y que debía ser así si queríamos intentar conseguir algo con un cierto ritmo e interés. Esperamos haberlo conseguido, al menos se ha intentado.