Andrea Galaxina es una de las fanzineras más activas de la escena nacional. Historiadora del arte, dirige la micro editorial Bombas para desayunar desde donde se edita cabeceras de referencia como Feminizine. Hace un par de años publicó un libro centrado en los fanzines hechos por chicas. Hoy hablamos de todo eso con ella.
Bombas para desayunar cumple 10 años en activo. ¿Cómo piensas que ha evolucionado el proyecto?
Creo que Bombas para desayunar ha madurado como lo he hecho yo en el sentido de que tengo más criterio a la hora de decidir qué quiero que ocurra. Podría decir que algunas de las cosas que me planteé hacer hace 10 años las he hecho: hace un fanzine feminista colaborativo que de alguna manera dejase huella (aunque haya sido pequeña), investigar más o menos a fondo cómo ha sido la historia del fanzine hecho por chicas, conocer a gente muy interesante que me ha inspirado y empoderado, etc.
¿Hacia dónde se dirige la micro editorial? ¿Qué caminos te gustaría que fuera tomando?
Nunca me he planteado si quería dirigirme a algún sitio con BPD, o llegar a algo más de lo que es. Nació como una pequeña editorial de fanzines y creo que no aspiro a que sea otra cosa. Estoy bastante contenta con el fluir orgánico que ha tenido y me gustaría que siguiese siendo así. También me gustaría que si un día me deja de interesar que BPD funcione, si me aburro y deja de tener sentido pueda terminarlo sin mucho dolor y no alargar su vida atrapada por la nostalgia.
Tu libro ¡Puedo decir lo que quiera! ¡Puedo hacer lo que quiera! publicado en 2017 hace un recorrido por el fanzine hecho por chicas. ¿Cómo fue el proceso de investigación y escritura del libro?
El libro fue un proceso bastante largo. La idea surgió con el primer número de FEMINIZINE, que publiqué en 2012. Aquí se incluía un pequeño mapa con fanzines hechos por mujeres localizados a lo largo y ancho de la geografía española. Era una cosa bastante superficial pero ya tenía ahí el gusanillo de investigar más a fondo. Seguí leyendo por mi cuenta y contactando con chicas fanzineras hasta que en 2015, después de haber estado viviendo en el extranjero, volví a España a hacer un máster en el Museo Reina Sofía. El máster me sirvió como marco a partir del cual iniciar una investigación más formal y profunda valiéndome de las herramientas académicas. La primera versión del libro fue el trabajo de fin de máster pero la sensación que me dejó fue tan mala y decepcionante que decidí recuperar ese trabajo a la manera que los fanzines me habían enseñado: haciéndomelo yo misma. Así que después de un tiempo de reflexión y de recuperación volví a retomar la investigación y le empecé a dar forma de libro, completando algunas cosas y modificando otras, quitándole el regusto académico que pudiese tener y adaptándolo al tipo de lectura que a mí me gustaría leer.
¿Cómo ha sido la respuesta que ha encontrado un libro tan necesario?
La respuesta ha sido muy buena. Yo tengo un grave problema en lo que se refiere a la percepción que creo que el resto de gente tiene sobre las cosas que hago, siempre me parece que a la gente, lo mío, le parece una mierda, jaja. Pero el caso es que el feedback que he recibido ha sido excelente. Es verdad que últimamente estoy pensando mucho en las limitaciones de la distribución, digamos que el hecho de que sea una cosa tan DIY tiene su contrapunto negativo. Esto es algo que me pensé mucho antes de sacar el libro: el cómo y a quién llegar, yo quería controlar los términos en los que este trabajo se iba a difundir y también a quién iba a llegar. No quería que, por ejemplo, el hecho de tener una difusión gigante primase sobre otros aspectos, más políticos quizás. Y aunque a los pocos meses de publicarlo lo subí a internet para todo el mundo tuviese acceso a la información que contiene, ahora estoy un poco dudosa si mi decisión de tener una distribución reducida y controlada por mí ha sido una mala o una buena idea. Lo seguiré pensando.
¿Cómo crees que ha evolucionado la escena fanzinera en estos últimos años? ¿Se hace más permeable a todas las realidades de género y orientación sexual?
La escena fanzinera en el contexto español, y salvo excepciones, era bastante uniforme en cuanto al perfil de persona que la habitaba: un hombre, blanco y cishetero. Ahora, como está pasando en otros lugares de la vida cultural, otro perfil está empezando a «invadir» la escena, y además otro perfil que está teniendo visibilidad -porque tan importante como que haya otros perfiles es que se vean-. Hay más mujeres, hay más personas queer, no hay muchas personas racializadas pero ojalá que las empiece a haber… Que además están generando sus propios espacios, sus propias escenas en sus propios términos. Estamos a años luz de lugares como Inglaterra o Estados Unidos en cuanto a la variedad en la escena fanzinera, pero creo que se está viviendo un momento interesante en el que algo está cambiando.
¿Cómo analizas la creciente presencia de fanzines de reivindicación feministas en los últimos años? ¿Encuentran complicidad en la escena?
Bueno, fanzines feministas siempre ha habido, solo que se movían en canales que estaban más ligados al mundo del activismo que del fanzinismo. Lo que está ocurriendo ahora, y desde hace unos años, es que gracias a las redes sociales está habiendo una visibilidad brutal del fanzine y a esto se le ha unido que el feminismo se ha convertido en una cuestión casi cotidiana. Por tanto, si cada vez más gente conoce y adopta el fanzine como medio de expresión y si a esto se le suma que cada vez más gente cree que el feminismo es algo vital para avanzar tenemos el caldo de cultivo perfecto.
En la escena, como ente monolítico no creo que haya habido mucha complicidad especialmente. Creo que lo que más ha habido ha sido indiferencia y lo que ha ocurrido, como dije en la respuesta anterior, es que estas personas que buscamos crear un relato alternativo del fanzine estamos generando nuestros propios espacios.
Estás también involucrada en la organización del Pichi fest, que se en su manifiesto refleja que se construye desde la horizontalidad y el feminismo. ¿Qué tal está resultado la experiencia?
La experiencia es maravillosa a muchísimos niveles. Personalmente es uno de los proyectos de los que estoy más feliz y orgullosa de formar parte. Además creo que está proponiendo una forma de hacer festivales de fanzines, con una ideología marcada y unos principios firmes, que no era muy habitual por aquí. Para la gente que estamos en la organización, lo que representa el Pichi Fest y la manera de hacer es casi más importante que el propio festival y eso lo llevamos hasta las últimas consecuencias. Por otro lado, está siendo un gran aprendizaje sobre cómo organizar, sobre cómo relacionarnos tanto entre la gente que lo organizamos como con otros agentes que forman parte del Pichi (los espacios donde se celebran, la gente que viene a vender fanzines, el público…), sobre cómo aplicar en la práctica cuestiones que se plantean en la teoría (por ejemplo el tema de los cuidados, que lo tenemos muy muy presente siempre). Básicamente lo que queremos es generar un espacio seguro y creativo que funcione como una alternativa a nuestra realidad cotidiana.
Acabas de iniciar un podcast sobre fanzines llamado No conocía este lugar donde se reflexiona y teoriza sobre el fenómeno fanzinero. ¿Qué nos puedes contar del proyecto?
No conocía este lugar es un proyecto en el que tengo puesto muchas ilusiones, me apetece mucho hacerlo y creo que puede resultar muy interesante para quienes estén interesados en el mundo del fanzine y sus alrededores. De momento llevo hechos un par de programas y mi idea es seguir haciendo y seguir entrevistando gente que pueda aportar una perspectiva amplia sobre este medio y que a su vez nos dé pie a reflexionar sobre otros asuntos que de manera directa o indirecta se ponen en funcionamiento cuando se hace un fanzine. Tal y como yo veo el fanzine, como una herramienta política, su alcance por tanto es muy amplio así que quiero mostrar esa amplitud y esa complejidad que tiene. A su vez me da un poco de inseguridad pensar en que no voy a ser capaz de seguir haciéndolo, que me estoy pasando de ambiciosa o que no le va a interesar a nadie, pero bueno, estoy luchando contra eso. Si os apetece escucharlo está en ivoox, yo creo que merece la pena.