Tampoco es que acabe de descubrirlo, pero Last.fm, nunca me llamó mucho la atención. Sin embargo ahora, que entegré mi negro corazón, cada día me interesan más este tipo de redes sociales. Pero quiero que me entendáis, más como experimento sociológico que como patio de recreo -algo científico-. Además es casi una prueba personal. Ya que leí hace un tiempo, que estos sistemas de chivateo de la música que escuchas, condicionaba a la gente y los volvía más cuidadosos con lo que ponían. En aquel momento yo pensaba que a mi no me condicionaría, sobre todo porque estoy acostumbrado a ser un perro verde en música, a tener gustos tan eclécticos que parece que carezco del más mínimo criterio -como así es-.
Así en un nuevo paso de exhibicionismo y desinhibición virtual, testaré la herramienta y veré si me da corte escuchar algo… y después os cuento.
Además de alguna forma ya hacía algo parecido, cuando publicaba aquí las cinco canciones que más escuchaba del mes.
No, no, no, me niego, no tengo tiempo. Pero a punto he estado de lanzarme a la experimentación científica también.
Un beso, Miriam G.