Un año después de las leyes antibotellón en este alcohólico país y los botelloneros siguen finde tras finde bebiendo en las plazas de Andalucía, no sé en el resto del territorio.
La única diferencia está en que si quiero bajar a comprar un litro de cerveza o de vino al kiosco lo tengo que hacer antes de las diez de la noche, lo que es un engorro cuando se te calienta el pico y se te acaban las reservas en casa y entonces pasas por al lado de los botelloneros que beben en la plaza porque compraron las botellas a las seis de la tarde en el hiper, y cuando llegas al kiosco te dicen que las bodegas de nuestros gobernantes son grandes y que a ellos les aguantan hasta la mañna siguiente.
Hay que joderse.
jajaja, cierto, el botellón es un derecho, y de hecho, un hecho. Imposible de desaparecer 😉
Tienes razón, cuando se calienta el PICO, al menos yo, me pierdo