En este país de grandes entierros pero de olvidos cotidianos, ha muerto Juanito Valderrama, predecesor de la canción protesta en la caudillada y costumbrista España de los 50, revolucionario de la copla al fusionarla con el cante jondo y poseedor de una de las dos o tres voces más grandes del flamenco de todos los tiempos.
«Siempre se van los mejores»(frase típica donde las haya) decía ayer en la tele un cantante, amigo de Juanito Valderrama. «¡Ojalá!»(con todo mis respetos para los mejores)digo yo, así nos salvaríamos,por lo menos, los peores. Pero, NO. ni por esas, me han dicho que pasamos todos a «mejor»(¡Qué ilusos!)vida!!
A lo que iba: Juanito Valderrama formará parte de esos artistas que hicieron que para muchos la radio se hiciera imprescindible, al igual que muchos reconocerán en «El emigrante» un tema de la BSO de sus vidas.
Adiós.
Cómo no, Juan Valderrama… pero como dicen por aquí: No se fué, solo se nos adelantó en el camino.
Buen síntoma que desde aquí, y a estas alturas, recordemos a ese artista.