Hasta el más mínimo detalle de Anna Love. Una historia en imágenes está planificado para contribuir a sugerir la historia que hay detrás. Una vez que tuve la historia escrita, empecé la fase de realizar bocetos de las imágenes. Había partes de la historia que se explicarían mediante fotos más simples y otras utilizando metáforas o mediante ganchos escondidos en las fotos.
La importancia del libro que aparece en la mesita de noche, la cita que aparece al principio, las anotaciones manuscritas, la decoración de las habitaciones… todo está pensado para contribuir a dar diferentes niveles de lectura a la imagen, a modo de capas. Hay otras que deliberadamente pretenden ser ambiguas, para sugerir hechos que expresados de una forma más clara podían dinamitar la estructura narrativa que tiene debajo la historia.
El ritmo está planteado para que funcione con las páginas dobles, para que ambas se apoyen la una en la otra y muestren el camino, o varios posibles. Las metáforas están previstas para tener también un significado o comprensión más accesible, así la mayoría de ellas muestran a personajes de la trama, pero realmente buscan enseñar otra cosa. Eso sí, en el encaje final de pares de imágenes, hay que dejarse llevar un poco por la intuición para marcar el ritmo que tendrá definitivamente el relato.
Definitivamente el mejor momento del proyecto, es cuando respondes el correo de algún lector que te cuenta a donde le ha llevado su imaginación mientras seguía el relato.