En agosto de 2008, durante un viaje a Paris, me encontré en la estación de Les Gobelins la foto de una chica en el suelo. Era la última hora de un veraniego día y la estación estaba vacía. Tan sólo fotografié el retrato y lo dejé tal cual donde mismo estaba. Después la publiqué en mi fotoblog de la época.
Ésta podía haber sido el inicio para imaginar una historia imposible, de hecho tiene mucho que ver con la trama que se cuenta en Anna Love. Una historia en imágenes pero lo cierto es que no fue hasta que estaba fotografiando el proyecto, con el guión ya terminado, cuando recordé todo esto.
Quiero pensar que aquella historia estaba latente en mi mente, como tantas otras y que aprovechó el más mínimo descuido de la conciencia para salir a borbotones.
Lo cierto es que si esta variante hubiera entrado en el juego en el momento de crear la trama, habría influido y seguramente esa historia resultante no se habría podido llamar Anna Love.