Desde mi pequeña sillita, se ve la calle perfectamente. Veo pasar a los presuntuosos con sus trajes estucados llenos de color, con palabras acabadas en art en sus bolsillos, y esa ingenua sensación de volar a un palmo del suelo. Ya llevo tiempo aquí, muchas mañanas han sucedido a muchas noches, y en la recámara un montón aún por llegar. Los presuntuosos no miran a su alrededor, las orejeras en sus conciencias les nublan la claridad de visión necesaria para mirarse en los espejos. Pero los días de lluvia también se mojan. He visto desfilar a tantos, que sería difícil recordar el nombre de todos. Lo cierto es que estaba aquí cuando llegaron, y seguiré estándolo cuando se vayan. Desde mi pequeña sillita, se ve la calle perfectamente.
Acerca de Mon Magán
Enseño fotografía en la escuela de arte pública y autoedición en talleres y vídeos.
Pero sobre todo me gusta contar historias.