La gente se casa. Es algo que pasa de vez en cuando en nuestras vidas. Tienes amigos y esos amigos aunque dijeran hace años que no lo harían, un buen día te mandan una invitación y lo hacen.
Reunirse en una boda amiga es algo divertido e irrepetible. Sabes que cada vez queda menos gente por casar y menos posibilidades de pegarse una escapada, a esta altura del partido, con todos los colegas de siempre.
Entonces aprovechas, vas, la montas y te diviertes (o no), olvidándote de si los interesados se iban a casar o no. Lo que aún está claro es que tú no lo vas a hacer.