Mis queridos lectores mudos, he de deciros que, dejáis vuestro rastro en esta página.
Puedo olfatearos y aunque os mostréis esquivos y silenciosos me consta vuestro interés científico en forma de reiteradas visitas.
Cada día espero vuestros sigilosos rastros al igual que me gustaría vosotros esperéis mis gritos. La simbiosis se consuma. El feedback nos retroalimenta.